GARMO NEGRO

Por Javier (L.B.)

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Ascensión a un clásico del Valle de Tena, el Garmo Negro, y primer tres mil de la temporada. Tras las abundantes lluvias de principios de diciembre que castigaron las cotas bajas y medias del Pirineo y las posteriores heladas que convirtieron en nieve muy dura el humedecido manto, escogimos el Garmo Negro (3051 m) en en busca de cotas altas donde la nieve se conservara en mejores condiciones. 

Partimos del Balneario de Panticosa (1630 m) sin madrugar demasiado, y tras el habitual porteo por el empinado sendero que remonta la zona de bosque, calzamos los esquís en la Mallata Baja, a unos 1900 metros de altitud.

Desde ese punto la nieve ya era continua. Cómodamente fuimos ganando altura por la nieve algo dura. No obstante, algunos centímetros de nieve reciente facilitaban el avance.

Al llegar a la Mallata Alta, sobre los 2200 metros, nos llamó la atención un enorme alud que, tras desencadenarse a los mismos pies del Garmo, y saltar la muralla rocosa que flanquea la mallata, había barrido toda la vaguada.

Es habitual encontrar aquí restos de algún alud proveniente de más arriba, pero lo cierto es que en esta ocasión era de enormes dimensiones.

Continuamos la progresión por el barranco de más a la izquierda, de las posibles opciones que existen.

Después de un tramo algo incómodo, llegamos a una zona más amplia, a los pies de las Argualas. Tras una larga diagonal hacia el norte, y unas lazadas por terreno algo más inclinado alcanzamos el falso collado existente entre Argualas y el Garmo Negro.

Sólo nos faltaba la parte final, más inclinada y con nieve dura que discurre por la pala sur del Garmo Negro, y que acertadamente decidimos ascender con crampones en medio de un escenario espectacular.

Tras este último esfuerzo, por fin alcanzamos la cumbre, un mirador excepcional del Pirineo Occidental y Central, llegando a verse incluso el Moncayo debido a la claridad del día.

En la bajada nos pudimos encontrar todo tipo de nieve. Muy dura en la primera pala, polvo por encima de la Mallata Alta con algunas zonas más venteadas, y de nuevo dura en la parte inferior, aunque más esquiable porque se empezaba a transformar.