viernes, 21 de mayo de 2010

COULOIR DE LA FOURCHE (MIDI D'OSSAU)

Por Javier (L.B.)





Me resulta difícil estimar cuantas veces me había imaginado esquiando este corredor que, aún siendo 100% francés, domina de forma poderosa el alto Valle de Tena.

Pero al final todo tiene su momento, y ese momento llegó el 21 de mayo cuando por fin nos decidimos a intentarlo.
Así que, temprano, nos pusimos en marcha con idea de superar el corredor y emprender la bajada no demasiado tarde, pues es orientación sur.


Tras un porteo de más de una hora hasta casi el refugio de Pombie, calzamos los esquís y alcanzamos el cono de deyección, muy castigado por los típicos aludes de nieve húmeda que de forma expontánea se van produciendo con la temporada tan avanzada.





Con cierta incomodidad superamos esta parte hasta entrar en el corredor propiamente dicho que, en su mitad inferior, es ancho y con una inclinación que rondará los 40º.

Ya con los crampones, superamos esta primera parte con la mirada puesta en el estrechamiento que nos esperaba algo más arriba donde la pendiente se acentúa considerablemente, llegando a los 50º según las reseñas que circulan por ahí.




A pesar de la orientación sur de esta zona, debido a que se encuentra muy encajonada recibe el sol tarde, lo que nos permitió avanzar a buen ritmo por una nieve algo dura, muy cómoda para la ascensión.

Así, finalmente llegamos a los últimos metros, donde la pendiente se suaviza.

Sin perder mucho tiempo nos tomamos un descanso, hicimos algunas fotos y nos preparamos para el descenso.



Los primeros metros resultaron sencillos, ya que la pendiente al principio es suave, acentuándose de forma progresiva.

Ya en la parte más pendiente, las sensaciones fueron muy buenas, pues encontramos la nieve en su justo punto de dureza, tras empezar a recibir ya el sol de lleno.

Los giros se iban sucediendo de forma alegre y sin demasiada tensión, aunque había que mentener la concentración pues la superficie de la nieve se encontraba muy irregular y castigada por la trayectoria de los aludes expontáneos de días anteriores.






Así llegamos a la parte final, mucho más soleada y por lo tanto con la nieve en peor estado. No obstante, ya no importaba demasiado, pues estábamos abajo.

Tras un descanso en el refugio de Pombie, y ya sin esquís, iniciamos el flanqueo que nos llevaba de vuelta hasta el Soum de Pombie. No obstante, una vez allí pudimos volver a calzar los esquís y, siguiendo una lengua de nieve, llegar con los esquís puestos hasta casi la parte baja del Circo d'Aneou.

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