domingo, 16 de mayo de 2010

PEÑA SABOCOS Y MANDILAR


Por Javier (L.B.)




Había que aprovechar las buenísimas condiciones que nos ha estado ofreciendo la primavera, con temperaturas frescas y nevadas tardías incluso en cotas bajas durante los días anteriores. Así que nos decidimos por acercarnos hasta la Peña Sabocos (2757) a disfrutar de su vertiginoso relieve que, gracias a su orientación, mantiene unas condiciones excepcionales en esta época del año.

Partimos desde la pista que asciende desde Hoz de Jaca, comenzando la aproximación a unos 1750 metros de altura, siguiendo un sendero que va rodeando el Mandilar hacia el sur.



Antes de lo previsto, tras unos 15 minutos de porteo, calzamos los esquís, y por suaves laderas alcanzamos el Collado de Asnos (2110), que domina el ibón del mismo nombre y que rodeamos en busca de las palas que ocupan la vertiente sur de esta sierra, cargadísimas de nieve.












Ya por terreno algo más pendiente alcanzamos un pequeño circo que se sitúa a los pies de la Peña Sabocos, del que salimos por un tubo, ganando altura hasta un rellano a unos 2400 m. Durante la ascensión nos fuimos encontrando con otros grupos de montañeros-esquiadores que también habían elegido este objetivo.

En el rellano se gira hacia el este, incrementándose la pendiente de forma considerable. A pesar de ello, debido al buen estado de la nieve y a que otros, por delante de nosotros, habían ido abriendo una buena huella, conseguimos llegar sin descalzarnos los esquís casi hasta el principio de la fácil cresta que se sitúa al oeste del pico.





Los últimos metros los hicimos a pie, fácilmente, hasta la cima de esta montaña espectacular, cuyo ascenso se desarrolló en condiciones casi invernales.




Tras un corto descanso en la cima, que compartimos con un grupo numeroso que había ascendido directamente por la cara norte, nos calzamos los esquís y comenzamos el descenso.

Después de unos primeros metros con nieve costra, poco a poco la calidad de la nieve fue mejorando y nuestro disfrute creciendo. Tras casi 700 metros de desnivel llegamos hasta el ibón de Asnos.



A partir de este punto teníamos dos opciones. Seguir descendiendo hasta le coche por el valle que queda al sur del Mandilar, o ascender hasta la cima de esta montaña para descender por su vertiente norte hacia las pistas de Panticosa, saliendo al camino en el que habíamos dejado el coche.

Elegimos la segunda opción, así que nos pusimos las pieles de foca para ascender los 150 metros de desnivel que nos separaban de la cima del Mandilar (2211). Una vez allí, pudimos disfrutar de las bonitas vistas del valle que nos ofrece este mirador privilegiado.



El descenso del Mandilar por su vertiente norte nos permitió disfrutar de una nieve entre polvo y primavera buenísima que sin duda premió nuestro esfuerzo.



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