sábado, 29 de mayo de 2010

TAILLON EN TRAVESÍA

Por Javier (L.B.)


Itinerario largo y salvaje, con más de 1800 metros de desnivel y un cierto grado de compromiso que, partiendo de Bujaruelo, nos llevó al Taillon (3144 m) ascendiendo por el Glaciar de Gabietou y descendiendo por el Glaciar de Taillon.

Con las primeras luces comenzamos a andar en Bujaruelo, a 1340 metros, y tras un largo portero calzamos los esquís a unos 2000 metros de altitud, a la altura del refugio de ERZ, desde donde la nieve era continua.







Poco después llegamos al puerto de Bujaruelo, donde el itinerario se une al que el viene de Gavarnie. No obstante, nosotros enseguida nos desviamos del itinerario normal que va a Sarradets y la Brecha, poniendo rumbo hacia el Glaciar de Gabietou, al que se accede a través de un empinado embudo que ascendimos con crampones.







Una vez en el plató del glaciar, nos dirigimos hacia un paso que nos debía llevar por encima de una barrera rocosa para hacer una travesía hacia el collado de Gabieto (2935), sin duda la parte más delicada y expuesta de la ascensión, con la nieve durísima, donde un resbalón habría tenido consecuencias no del todo buenas.






Tras la mencionada travesía y siempre con los crampones puestos, alcanzamos el collado que separa el Taillon y los Gabietos.



Desde allí, sin mayores problemas gracias a un grupo de franceses que nos encontramos que se conocían muy bien la zona y eligieron el itinerario de subida más cómodo, alcanzamos la cima del Taillon, desde la que se disfruta de unas vistas espectaculares de todo el Pirineo Central.











Tras un breve descanso, nos calzamos los esquís e iniciamos el descenso por el hombro este del pico. No obstante, enseguida dejamos el hombro y entramos en la vertiente norte por encima del Glaciar del Taillon.  



Rodeados por el espectacular entorno en el que se ubica este Glaciar, fuimos descendiendo hasta el fondo del circo sorteando las barreras rocosas. En la parte superior, muy expuesta al sol, nos encontramos la nieve húmeda y pesada, algo peligrosa. Más abajo, ya en el Plató, la nieve estaba mucho mejor.


Desde allí, ya por el itinerario normal nos dirigimos hacia el Puerto de Bujaruelo por terreno muy llano.
  

Una vez en la vertiente española, continuamos descendiendo por nieve vieja que se dejaba esquiar muy bien. Apurando por los neveros conseguimos llegar esquiando hasta la cota 1700 metros, de manera que nos evitamos una parte del porteo en el descenso.

Finalmente, algo cansados por la larga jornada pero satisfechos, llegamos a Bujaruelo.





domingo, 23 de mayo de 2010

ASPE


Por Javier (L.B.)




Ascensión al Aspe (2645 m) desde Candanchú por su itinerario normal de la cara norte, con  descenso por la Brecha y el Circo del Aspe.

Se trata de un itinerario típico de final de temporada, debido a que en la zona se acumula mucha nieve.

Partimos del aparcamiento de Candanchú siguiendo las pistas de la zona de la Rinconada, donde encontramos la nieve y calzamos los esquís después de unos 20 minutos de porteo.



Una vez superado el paso de Tortiellas, siguiendo las pistas cruzamos la zona de la Tuca para entrar en el llano presidido por la imponente cara norte del Aspe. La parte final, consistente en una canal de unos 35º la hacemos con crampones.




Las altas temperaturas nocturnas, unidas al hecho de que el itinerario escogido para la ascensión se desarrolle en su mayoría por laderas con orientación noreste y este, nos hizo modificar el plan durante la subida, de forma que, una vez alcanzada la cima, decidimos bajar por el hombro del pico hasta la Brecha del Aspe (2425), en busca del valle al que recae, también llamado Circo del Aspe, en busca de orientaciones norte y noroeste más resguardadas del sol.







Como la nieve en esa zona aguantaba relativamente bien, estiramos el descenso hacia el fondo del circo. Una vez allí volvimos a poner las pieles de foca para ascender hasta la zona de Loma Verde, donde la nieve aún  se mantenía en buenas condiciones, iniciando el descenso hasta Candanchú.
  

sábado, 22 de mayo de 2010

ANETO

Por Javier (L.B.)


Típica ascensión al Aneto de final de temporada, aprovechando que la carretera de acceso a la Besurta se encontraba abierta desde hacía algunas semanas y que las condiciones de nieve todavía eran buenas, al menos en lo que a cantidad se refiere.

Partimos el viernes por la tarde de la Besurta en dirección al refugio de la Renclusa, donde pasaríamos la noche. Los esquís nos los pusimos tras aproximadamente 20 minutos de porteo.



A las 5 de la mañana tocaron diana, así que procedía levantarse para empezar la ascensión al Aneto lo antes posible. Tras un desayuno potente nos pusimos en marcha con las primeras luces, y así, poco a poco, fuimos ganando altura en medio de una procesión de gente, al menos hasta que llegamos al punto en que se separan las rutas hacia el Portillón Inferior y hacia el Superior. Nosotros optamos por el primero, mientras que la procesión, como suele ser habitual, optaba por el segundo, así que pronto nos quedamos solos.



En el Portillón Inferior pudimos gozar de la primera visión del Aneto, siempre impactante, cargadísimo de nieve.

Una vez superado este primer hito, entramos en la cuenca del Glaciar del Aneto, y trazando una amplia diagonal nos dirigimos hacia el Collado de Coronas, segundo hito del día.





Allí repusimos fuerzas antes de la parte final de la subida, que superamos sin demasiados problemas aprovechando la buena huella creada por los varios centenares de montañeros-esquiadores que habían pasado por allí durante el fin de semana.



En la antecima dimos por terminada la ascensión, pues varios grupos de montañeros atados con cuerdas se encontraban en ese momento cruzando el Paso de Mahoma, o a la espera de cruzarlo, de forma que la pérdida de tiempo habría podido ser considerable, además de que no aportaba gran cosa a la excursión.

Durante la bajada nos encontramos con nieve polvo bastante venteada en la parte superior, que rápidamente se transformaba en nieve primavera conforme perdíamos altura, muy humedecida y pesada debido a las altas temperaturas.



Finalmente llegamos hasta el Plan de Aiguailluts, que es donde se terminaba la nieve. Desde allí, ya caminando, regresamos a la Besurta.




viernes, 21 de mayo de 2010

COULOIR DE LA FOURCHE (MIDI D'OSSAU)

Por Javier (L.B.)





Me resulta difícil estimar cuantas veces me había imaginado esquiando este corredor que, aún siendo 100% francés, domina de forma poderosa el alto Valle de Tena.

Pero al final todo tiene su momento, y ese momento llegó el 21 de mayo cuando por fin nos decidimos a intentarlo.
Así que, temprano, nos pusimos en marcha con idea de superar el corredor y emprender la bajada no demasiado tarde, pues es orientación sur.


Tras un porteo de más de una hora hasta casi el refugio de Pombie, calzamos los esquís y alcanzamos el cono de deyección, muy castigado por los típicos aludes de nieve húmeda que de forma expontánea se van produciendo con la temporada tan avanzada.





Con cierta incomodidad superamos esta parte hasta entrar en el corredor propiamente dicho que, en su mitad inferior, es ancho y con una inclinación que rondará los 40º.

Ya con los crampones, superamos esta primera parte con la mirada puesta en el estrechamiento que nos esperaba algo más arriba donde la pendiente se acentúa considerablemente, llegando a los 50º según las reseñas que circulan por ahí.




A pesar de la orientación sur de esta zona, debido a que se encuentra muy encajonada recibe el sol tarde, lo que nos permitió avanzar a buen ritmo por una nieve algo dura, muy cómoda para la ascensión.

Así, finalmente llegamos a los últimos metros, donde la pendiente se suaviza.

Sin perder mucho tiempo nos tomamos un descanso, hicimos algunas fotos y nos preparamos para el descenso.



Los primeros metros resultaron sencillos, ya que la pendiente al principio es suave, acentuándose de forma progresiva.

Ya en la parte más pendiente, las sensaciones fueron muy buenas, pues encontramos la nieve en su justo punto de dureza, tras empezar a recibir ya el sol de lleno.

Los giros se iban sucediendo de forma alegre y sin demasiada tensión, aunque había que mentener la concentración pues la superficie de la nieve se encontraba muy irregular y castigada por la trayectoria de los aludes expontáneos de días anteriores.






Así llegamos a la parte final, mucho más soleada y por lo tanto con la nieve en peor estado. No obstante, ya no importaba demasiado, pues estábamos abajo.

Tras un descanso en el refugio de Pombie, y ya sin esquís, iniciamos el flanqueo que nos llevaba de vuelta hasta el Soum de Pombie. No obstante, una vez allí pudimos volver a calzar los esquís y, siguiendo una lengua de nieve, llegar con los esquís puestos hasta casi la parte baja del Circo d'Aneou.

domingo, 16 de mayo de 2010

PEÑA SABOCOS Y MANDILAR


Por Javier (L.B.)




Había que aprovechar las buenísimas condiciones que nos ha estado ofreciendo la primavera, con temperaturas frescas y nevadas tardías incluso en cotas bajas durante los días anteriores. Así que nos decidimos por acercarnos hasta la Peña Sabocos (2757) a disfrutar de su vertiginoso relieve que, gracias a su orientación, mantiene unas condiciones excepcionales en esta época del año.

Partimos desde la pista que asciende desde Hoz de Jaca, comenzando la aproximación a unos 1750 metros de altura, siguiendo un sendero que va rodeando el Mandilar hacia el sur.



Antes de lo previsto, tras unos 15 minutos de porteo, calzamos los esquís, y por suaves laderas alcanzamos el Collado de Asnos (2110), que domina el ibón del mismo nombre y que rodeamos en busca de las palas que ocupan la vertiente sur de esta sierra, cargadísimas de nieve.












Ya por terreno algo más pendiente alcanzamos un pequeño circo que se sitúa a los pies de la Peña Sabocos, del que salimos por un tubo, ganando altura hasta un rellano a unos 2400 m. Durante la ascensión nos fuimos encontrando con otros grupos de montañeros-esquiadores que también habían elegido este objetivo.

En el rellano se gira hacia el este, incrementándose la pendiente de forma considerable. A pesar de ello, debido al buen estado de la nieve y a que otros, por delante de nosotros, habían ido abriendo una buena huella, conseguimos llegar sin descalzarnos los esquís casi hasta el principio de la fácil cresta que se sitúa al oeste del pico.





Los últimos metros los hicimos a pie, fácilmente, hasta la cima de esta montaña espectacular, cuyo ascenso se desarrolló en condiciones casi invernales.




Tras un corto descanso en la cima, que compartimos con un grupo numeroso que había ascendido directamente por la cara norte, nos calzamos los esquís y comenzamos el descenso.

Después de unos primeros metros con nieve costra, poco a poco la calidad de la nieve fue mejorando y nuestro disfrute creciendo. Tras casi 700 metros de desnivel llegamos hasta el ibón de Asnos.



A partir de este punto teníamos dos opciones. Seguir descendiendo hasta le coche por el valle que queda al sur del Mandilar, o ascender hasta la cima de esta montaña para descender por su vertiente norte hacia las pistas de Panticosa, saliendo al camino en el que habíamos dejado el coche.

Elegimos la segunda opción, así que nos pusimos las pieles de foca para ascender los 150 metros de desnivel que nos separaban de la cima del Mandilar (2211). Una vez allí, pudimos disfrutar de las bonitas vistas del valle que nos ofrece este mirador privilegiado.



El descenso del Mandilar por su vertiente norte nos permitió disfrutar de una nieve entre polvo y primavera buenísima que sin duda premió nuestro esfuerzo.



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